¿Quién dirige Europa Sur?
La pregunta no es capciosa, aunque lo pueda parecer. Pues, a tenor de lo que publica y no publica con respecto a las noticias relacionadas con Los Barrios, se diría que quien manda y marca la línea editorial de este diario comarcal es el actual alcalde de este municipio. (Sí, ese mismo regidor zoquete, sin oficio pero con beneficio, que ahora tiene la chulería de hasta dedicarse a hacer pinitos en el terreno de la alta política solicitando reuniones con altos jerarcas de la UE por la cuestión del Brexit, mientras su pueblo está que da de pena y las cuentas de su Ayuntamiento empiezan a irse al carajo).
No es la primera vez que denuncio lo que estoy denunciando, o voy a denunciar a continuación, y me temo que tampoco será la última. Y lo hago porque no puedo callar ante las indignidades en las que ha incurrido y continúa incurriendo este medio de comunicación que en otro tiempo fuera principal referente del periodismo campogibraltareño.
Porque de indignidad, y no otra cosa, se puede calificar el comportamiento que este diario ha tenido y está teniendo con lo que ha pasado y está pasando en Los Barrios desde que Jorge Romero llegó a la alcaldía y, sobre todo, el posicionamiento descarado en favor de este regidor y su partido, vulnerando un día sí y otro también los principios más elementales de la ética periodística y, lo que es más grave aún, causando un daño irreparable a personas que, a lo largo de sus vidas han podido cometer errores, como los cometemos todos, pero que son decentes, buenas y honestas.
El trato dado al tema de los procesos judiciales que afectan a las disueltas empresas municipales es un claro ejemplo de esto que afirmo. Y el no trato dado al de los despidos efectuados por el equipo de gobierno andalucista en febrero de 2012 –porque, desgraciadamente, sobre este asunto callan y no dicen apenas nada– también.
Sin embargo, es la información indignantemente tergiversada que este periódico publicaba ayer viernes, 8 de diciembre de 2017, y con la que abría portada la que me ha empujado a improvisar este artículo. Una información que hacía referencia a un hecho noticiable ocurrido hace meses y relacionada con Alonso Rojas, alcalde de Los Barrios durante quince años, entre 1994 y 2009. (Insisto: un hecho noticiable que se producía hace meses y del que, sorprendentemente, se da cuenta ahora a la opinión pública, como resulta evidente, no por un fin meramente periodístico, sino por intereses espurios).
No pretendo hacer aquí una defensa de Rojas, porque no es el propósito de este texto, pero sí quiero aprovechar para expresar mi afecto y mi solidaridad hacia él y hacia su familia y para poner en evidencia la injusticia de la que ha sido víctima –una vez más– esta semana por parte de Europa Sur, con el auxilio inestimable del hoy –impresentabilísimo más que excelentísimo– primer edil de Los Barrios y algún que otro colaborador de turno. (Me pregunto, por cierto, si el día, no ya lejano, en el que Jorge Romero vaya a declarar ante el Juzgado de Instrucción nº 2 de los de Algeciras, imputado por un presunto delito de prevaricación administrativa, le dedicarán la primera plana que le han dedicado a otros).
Sí, es verdad que el exalcalde socialista ha visto embargado sus bienes y ha podido incluso sufrir pena de cárcel. Pero yo les voy a recordar por qué para que juzguen ustedes mismos. Alonso Rojas fue condenado el pasado mes de abril por no cerrar en el plazo debido un bar que era el único medio de subsistencia de una familia honrada de la localidad y ser demandado ante los tribunales por un vecino que recibió para ello el eficaz asesoramiento del abogado de cabecera del PA y el actual alcalde andalucista de Los Barrios. Pero no por haber robado o desfalcado, ni nada que se le asemeje. Y, por muchos errores que cometiera el hombre en el ejercicio de su cargo, no creo que sea merecedor del castigo que ayer le infligió el mencionado diario del Grupo Joly. Y mucho menos cuando dicha acción por parte de los responsables de este periódico no obedece a la obligación que tienen estos de prestar un servicio público, ofreciendo información veraz, objetiva y no tendenciosa a la ciudadanía, como profesionales que se supone son, sino a la consigna de contentar a toda costa –es fácil adivinar por qué– a quien desde la política se viene erigiendo desde 2011 para acá en uno de sus amos.
Sí, han leído bien, contentar al señor Jorge Romero y ayudarle a sacar las castañas del fuego. Había que distraer la atención y amortiguar el varapalo definitivo que al susodicho ha asestado el Tribunal Supremo declarando la nulidad de la amortización de plazas de empleados municipales que se llevó a cabo hace ya casi seis años. (Más de 20 millones de euros de gasto extraordinario para la maltrecha economía de la hacienda municipal a los que el Consistorio, sí o sí, va a tener que hacer frente).
Como es obvio, espero que no lo hayan conseguido.
Los Barrios, 9 de diciembre de 2017
J.A. Ortega. Alonso Rojas fue condenado y bien condenado tu solo ves aquello que repercute en tus intereses, me puedes explicar con qué derecho un señor que tiene un bar tiene la potestad exclusiva de amargar la vida de los vecinos?.
Yo lo he sufrido en mis carnes y tanta mi mujer como yo estamos en tratamiento Phsiquiatrico, y ahora vienes tú a justificar el porque fue condenado Alonso Rojas ?. Las personas tenemos el derecho del uso y disfrute pacifico de nuestra propiedad y los Gobernabtes la obligación de hacer cumplirlas leyes al respecto. Ósea que menos demagogia.
Por cierto no soy del PA ni tengo nada que ver.!
Atentamente Juan Jose Fernandez
Lamento, Juan José, que te centres en una parte de la reflexión que, aun siendo importante, es secundaria. Aunque puedo entender, claro está, que lo hagas. Yo no discuto -¡solo faltaría!- que las leyes están para cumplirse, ni discuto la necesidad de que quien las incumple pague por ello. (Sobre todo, si se trata de un cargo público). Y no has podido leer en el artículo lo contrario porque simplemente ni lo pienso ni lo afirmo. Tampoco justifico al exalcalde Alonso Rojas, aunque exprese públicamente mi simpatía personal, mi afecto y mi solidaridad para con él y para con su familia. Puedo entender que esto quizá no te guste, pero tú deberías entender también que tengo derecho a experimentar tales sentimientos. Si analizas con detenimiento el texto, verás que mi propósito es poner en tela de juicio el papel del medio de comunicación. No obstante, te diré que el caso por el que Rojas fue condenado no es comparable al tuyo ni de lejos, créeme. Se dan en él una serie de circunstancias -atenuantes- que, si las conocieras con detalle, tal vez podrían hacer cambiar tu modo de verlo. Dicho todo lo cual, agradezco tu aportación y tu punto de vista sobre el tema. Además, aprovecho para transmitirte mi solidaridad respecto a la situación injusta que -me consta- has sufrido y que espero ya hayas podido solucionar satisfactoriamente. Un saludo.
Habrá que preguntar cuánto le cuesta al ayuntamiento, supuestamente, pagos en publicidad o donaciones al periódico