La última morada de Augusto

La excavación comenzó en 1929 cuando un campesino tropezó arando con una superficie muy dura de unos treinta metros. A pesar del gran interés por parte de los estudiosos, de la población sommesí y de una petición dirigida a Mussolini, los trabajos se detuvieron por falta de fondos. Hubo que esperar hasta 2002 para reanudarla gracias a un proyecto multidisciplinar de la Universidad de Tokio.

El primer hallazgo importante que se realizó fue el de la sala mayor, definida por un lado por una columnata, dos paredes con nichos y un arco sostenido por pilares, y por otro, por una pared decorada con temas relativos a Dionisio, dios del vino. En una de las hornacinas, apareció la figura de una mujer con vestimentas griegas mientras que en otra estaba colocada una estatua de un joven Dionisio con un cachorro de pantera, cuyos originales se conservan en el Museo de Nola.

Se deduce que en una las últimas fases de su actividad estos ambientes estuvieron destinados a la producción agrícola.

Origen: ELMUNDO

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